1. Preparé la crema con un día de antelación. Ponga la leche en un cazo con la vainilla y la cáscara de limón, y llévela a ebullición. A continuación, retire el cazo del fuego y déjelo reposar un mínimo de 30 minutos.
2. Ponga las yemas y la mitad del azúcar en un cuenco y bátalos hasta que éste se haya disuelto y la mezcla sea espesa y cremosa.
3. Vuelva a poner la leche en el fuego y deje que hierva a fuego lento. Vierta 4 cucharadas de leche en un cuenco y disuelva en ella la harina de maíz. Échala en la leche hirviendo y remuévalo 1 minuto a fuego lento. Pase la leche al cuenco con las yemas y mézclelo.
4. Hierva unos 2 dedos de agua en un cazo. Baje el fuego, coloque el cazo en el agua y cueza la crema al baño María entre 25 y 30 minutos, o hasta que se espese. Reparta la crema en cazuelitas de barro y déjelas enfriar. Cúbralas y déjelas en el frigorífico un mínimo de 12 horas.
5. Espolvoree sobre cada cazuela una fina capa de azúcar. Caramelice el azúcar con un quemador de hierro o un soplete de cocina. Antes de servir la crema catalana, déjela reposar para que se endurezca bien el caramelo.
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